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El ahorro: definición, tipos y aplicaciones

El ahorro: definición, tipos y aplicaciones

Generalmente, cualquier cantidad de dinero que se reserve para un momento de estrecheces económicas, para realizar una adquisición importante o, simplemente, por mera precaución, se conoce como ahorro. El ahorro constituye en gran medida la base de un sistema económico que funciona con fluidez y estabilidad, en tanto garantiza cierta solvencia financiera a los consumidores. Con todo, el ahorro presenta numerosas implicaciones y características en las que no suele profundizarse.

 
¿Qué es el ahorro y cómo se origina?


La definición de ahorro es bastante sencilla, se trata de la parte de una renta neta percibida que no se dedica al consumo a corto o medio plazo. Lógicamente, el ahorro no evita el consumo sino que lo retrasa por distintos motivos. Lo más habitual es que el sujeto ahorrador reserve parte del dinero que percibe periódicamente para tener un fondo de contingencias que no presenta ninguna fecha concreta para su utilización. No obstante, no es necesario recibir rentas fijas, cualquier cantidad que se reserve indefinidamente constituye un ahorro.

 

Así pues, el ahorro se origina por dos vías atendiendo al tipo de actividad que lo genera: periódica y extraordinaria. En la primera categoría se incluirían las rentas que no se dedican al consumo inmediato y que forman parte de un plan premeditado para aumentar el ahorro (se dedica siempre una parte proporcional de los ingresos al ahorro). La segunda clase englobaría todas las cantidades que se dedican al ahorro de manera totalmente eventual, ya sea porque se percibe un ingreso inesperado o se desprende de parte del patrimonio personal.

 

Tipos de ahorro


Dependiendo del grado de disponibilidad del ahorro, este se clasifica en dos tipos, a la vista y a plazo. El ahorro a la vista consiste simplemente en cualquier cantidad de dinero a la que puede accederse sin restricciones. Un pequeño monto conservado físicamente en el domicilio del ahorrador sería ahorro a la vista, si bien la acepción más habitual es la de una cuenta de ahorros.

 

En cuanto al ahorro a plazo, este sí que está vinculado ineludiblemente con servicios financieros externos. Básicamente, el ahorrador deposita una cantidad de dinero para su conservación por parte de un profesional durante un tiempo fijado de antemano. Usualmente, el banco que almacena el dinero abona un interés periódico al ahorrador que también ha sido acordado en el momento de la contratación del depósito.

 

Aplicaciones del ahorro


Como ya se ha comentado anteriormente, el principal cometido del ahorro -o, al menos, la función básica que cumple según la visión social del mismo- es el de permitir mantener unos estándares aceptables de consumo cuando no se disponga de otras rentas periódicas o extraordinarias. Por supuesto, los niveles de consumo que cada persona considera ‘dignos’ fluctúan en gran medida, no existiendo así una cantidad o fórmula que determine cuál es el grado de ahorro más idóneo.

 

La segunda gran aplicación del ahorro es su utilización como instrumento de inversión en el futuro. Un ahorrador puede ir almacenando una cantidad de dinero con vistas a su posterior inversión, siendo una de las grandes aportaciones del ahorro a la economía a gran escala. Sin embargo, no hay que confundir la visión del ahorro como capital para futuras inversiones con los fondos de inversión. Tal y como ahora veremos, los fondos, por conservadores que sean, no son productos de ahorro pese a que se tomen como alternativas a los depósitos por su mayor rentabilidad.

 

Controversias recientes con el ahorro


Sobre el papel, los productos catalogados como vehículos de ahorro tienen en la seguridad su principal baza. El Fondo de Garantía de Depósitos cubre hasta 100.000 euros por depositante y banco y ello garantiza que los ahorradores no tienen por qué preocuparse si su entidad financiera quiebra o es intervenida. No obstante, en 2013 se llegó a plantear que los depósitos en Chipre pudieran sufrir quitas en el rescate del país. Esta posibilidad de desechó rápidamente pero generó una gran polémica.

 

Las otras controversias han estado relacionadas con la falta de información o la manipulación sobre determinados productos que nada tenían que ver con el ahorro. El caso más evidente es el de las participaciones preferentes que determinados bancos comercializaron, presuntamente, entre clientes que no deseaban efectuar inversiones (incluyendo pensionistas y colectivos similares). Las últimas sentencias han ido dando la razón a los afectados y pueden fijar una base para evitar más casos como estos en el futuro.


Fuente:
https://empresayeconomia.republica.com/economia/el-ahorro-definicion-tipos-y-aplicaciones.html

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